31.8.07

El reencuentro

Mientras sobrevolaba Las Vegas me quedé embobado con tanta luz y letrero gigante. Después en el trayecto al hotel, había visto la gente que trabaja en sus calles, desde relaciones publicas de casino, a trileros, mangantes y relaciones de las que mantienen relaciones. Lo más impresionante era que, no importaba el/la cliente, todos lo eramos, simplemente por el hecho de pasar por la calle, su oficina. Da igual si vas solo, con amigos, familia o compañeros de trabajo, con traje, chandal o todavía vives en la época Punk. Para ellos su cliente es cualquier cliente.Tras 2 días en esta ciudad, me sentía empachado de tanta luz, gente intentando engañarte. Era como... umh, una comida familiar. Los primeros minutos son todo alegria, "cuanto tiempo", a ver si nos vemos más... y cuando llegas al segundo plato estas empachado de ver a tu cuñado cogiendosela otra vez y oir tu tio con sus mismas ideas retrogadas. Asi es Las Vegas, y como también hay gente que le encanta estar con la familia al completo, también hay gente a la que le gusta la ciudad.Al día siguiente empezaba el congreso, lo bueno de trabajar en una multinacional son los viajes, lo malo es que a veces son a sitios como.... Las Vegas. Cuando bajé a desayunar me cruce con unos ojos que conocía. Vi esos ojos marrones, con un toque verde aceituna por la intensidad de luz que habia. Los había visto antes, pero no me dió tiempo a ver a su dueña más que de espaldas. Asi que pensé "¿A quien me recuerda?". Suelo ver gestos, rasgos en la gente que me recuerdan a gente que he conocido, como no sabía a quien decidí guardar esos ojos en mi cabeza para después de la pausa. Hablaba la responsable en China, sabía lo que iba a decir, porque estaba en contacto con algunos de sus directivos y además ella era muy aburrida, se había quedado en el siglo pasado en "mono", monotónica de voz.Al salir tras la primera charla, nos juntamos con los farmaceuticos que tenían otra reunión y por lo que se ve la misma hora para parar. Alli vi otra vez esos ojos, esa risa dulce. Me acerqué a coger el peridico y pude notar un ligero acento en su inglés casi perfecto, era de mi tierra. Sabía que la conocía, pero ¿Quien era?-Hola! ¡Cuanto tiempo!-¿Me conoces?-¿No te acuerdas de mi Marta? -Que buenos son los cartelitos con el nombre que se llevan en los congresos. Y entonces la ví. Vi esos ojos en su cara adolescente 10 quizas 12 años atras.-Soy...-Fran! ¡Cuanto tiempo! ¿Que haces aqui?-Estoy en un congreso anual que organiza mi compañia. Asi que finalemente conseguiste hacerte farmaceutica.-Si, vengo a presentar un nuevo producto...., lo siento, pero debo entrar, ¡me toca!-Suerte ¿Te quedas muchos días?-3-dijo mientras se alejaba- ¿nos vemos estos días?-Más te vale.-Misterio solucionado y esta vez no era que me recordase a alguien, era "alguien". Bueno, ya no tenía nada que pensar durante la charla de "Monotónica".Al terminar el día subí a mi habitación mientras la mayor parte de mis compañeros apostaban en el casino.Mientras me pegaba una ducha empecé a pensar en Marta. Aquella chica tan cabal para unas cosas y tan cabeza loca. O quizas era yo el que la veía como cabeza loca cuando hacía simplemente algo inesperado. Aquellos bocatas a medias en el recreo, los vaciles, los amigos, las primeras fiestas...Cuando salí de la ducha el telefono empezó a sonar y mi respiración empezó a agitarse levemente, y contesté inmediatamente. Era Marta, que tenía la hora de la cena libre. Yo no, pero sabía como escaquearme, para mi los congresos eran como las clases de Latín o el primer curro que tuve, sabía perfectamente como escaquearme. Quedamos a las 8 en recepción, ahora el problema era encontrar un restaurante donde poder charlar sin escuchar el pitiklin, pitiklin de las maquinas tragaperras. Llamé al conserje, quien me recomendo un restaurante cercano, "sólo" a 20 minutos en Taxi, contando con la visita por diversas calles por las que pasamos innecesariamente. Durante ese tiempo hicimos unos resumenes rápidos de lo que habían sido nuestras vidas hasta entonces.Mientras elegíamos y nos servían recordamos anecdotas de aquellos tiempos. Es increible cuantas cosas recordamos, pero no pensamos en ellas hasta que tenemos al protagonista delante, como olvidadadas, hasta que alguien aparece y abre la caja de esos recuerdos.-¿Sigues tocando la guitarra?-La verdad es que no, me la cargué en el último concierto y como no ganabamos un pavo...jaja. No, en serio, vas ocupando tu tiempo con estudios, novios, nuevas aficiones...-Dios, llevaba una eternidad sin verla y desde luego cambian muchas cosas, cambiamos nosotros pero cuando te entiendes con alguien, da igual el tiempo.- Y tu ¿sigues empeñado en que el mundo está enfermo?-Ahora no, ahora creo que los enfermos somos nosotros, nos han deprimido con unas ideas falsas y costumbres de otros tiempos, que no hacen si no permitir el dominio de unos sobre otros. Ahora no espero que el mundo cambie para mi, espero cambiar a alguna persona, para que esta cambie a algunas más y que algún día, nos liberemos de tanta mentira Profident. Disculpa debo volver, mañana me toca exponer a mi, pero ahora que te puedo localizar, no dejaré que pase tanto tiempo para volver a vernos.

Eleanor

Busco su figura entre la gente que cruza la calle, de ahí giro la mirada a un lado y al otro, nada. ¿Por qué la gente tiene por costumbre llegar tarde? En esta ciudad es dificil ser puntual, como en cualquier gran ciudad, pero si se llega a tiempo a trabajar, ¿Por qué no, cuando se queda con alguien?. ¿Es aquella? Parece que sí, su figura no muy alta, el pelo negro, lacio, hoy recogido en un moño alto, permitiendo que el aire acaricie su cuello, si reconozco esa camiseta verde lechuga, semiajustada, insinuando la cintura pero marcando sus caderas, cruzada en el pecho provocando las miradas de un hombre trajeado con otras cosas en la cabeza que sus negocios. Debajo una falda negra con un estampado a juego con la camiseta y unas sandalias de tacón bajo.Viene con esa sonrisa brillante, real, hay pocas sonrisas tan reales, que contagien, no sólo la sonrisa, si no la felicidad que lleva por dentro, mucha gente diría que es su aura, pero no, es esa sonrisa de sus ojos color miel de mirada inquieta pero segura, que acompaña a la de sus labios... ¿como los describiría?¿gruesos? No exactamente, llenos más bien, llenos de chispa, cultura y ese ácido con el que salpica sus bromas.-¿Qué tal? ¿Vamos?-Dice dandome dos besos-¿Cómo que vamos? Yo ya estoy, aunque me veas aqui, realmente ya estoy alli.-Joooooooooo, lo siento, pero hoy no me castigues sin postre.-Jovencita esto no puede seguir asi, asi que espero que haga alguna buena acción antes del postre para compensar, si no...-Está bien, prometo no cantar, ¿es suficiente?-No se, no se... Venga vamos que ya nos deben estar esperandoHabíamos quedado con el mogollón de amigos del Ángel (sus padres debían de ser muy irónicos, por lo menos en su juventud) en el restaurante ruso. Cuando Ángel y los 5-6 que habían llegado iban ya por la segunda botella de champan.-Chicos por fin llegais. Tu solías ser de los puntuales-dice mirandome a los ojos con esa sonrisa de Diablo.-Ye, ¿qué pasa? Precisamente por retrasarme un día, ¿me la vas a montar? ¿dónde están el resto?-Vais llegando poco a poco, como siempre, aunque me ha llamado Taro, para decirme que no puede venir. Tiene un movidón en el curro. Toma estas dos copas para los dos últimos en llegar, de momento.Me giré y la ví por detrás, hablando con Marta, ese cuello largo y sinuoso hasta los hombros, haciendo una curva muy bella, como la represantación de la función matemática perfecta. Baje un poco la mirada recorriendo su contorno, hasta las piernas, no eran las más largas, pero si tenían las proporciones perfectas, estilizadas, de muslos redondos, haciendose un poco más finas poco a poco, como si no pretendiesen acabar en el suelo, si no dejarla flotando.-Toma, que la tarde se acaba y toca despertar la noche.-Gracias, salud!-Salud! Marta. ¿Que tal el día?Mientras escuchaba a Marta, recordé lo que acababa de sentir y ver al darle la copa de champan, esas manos suaves, de dedos largos y uñas de colores. Luna se soplaba la pintura de uñas con distintos colores en cada creando un pintado único. Además siempre acababa a juego con lo que llevase puesto, como si el verde lechuga de hoy sobresaliese y mañana fuese el rojo o el azul.-Ahora que estamos todos, ponnos un chupito a cada uno de verdadero Vodka ruso. Si de ese que te deja ciego- Pude escuchar a Ángel mientras íbamos a nuestra mesa.

Mi última sensación

No se cuanto tiempo llevo aqui encerrado, en esta isla del caribe donde me han traido. Sólo se que estaba durmiendo y un brutal golpe en la boca me despertó. Antes de poder gritar ya me habían pegado otro en la entrepierna y al llevar hacia alli mis manos me esposaron. Decían cosas que no era capaz de entender mientras me ponían una capucha y me llevaban a empujones escaleras abajo. Alguien me pegó una patada en la espalda y al caer perdí el sentido.Mis 8 compañeros de celda están en peor estado que yo, llevan varios meses aqui o eso creen. No sabemos con exactitud el tiempo que llevamos ya que nos han quitado todas nuestras cosas y nos alimentan a distintos intervalos. Nos pasamos días en celdas sin ninguna luz y una música estridente y otros en celdas sin sombra en el más absoluto de los aislamientos, si intentamos hablar con alguno de los compañeros de celda, entra un guardia y se lleva a uno de nosotros, al que quiere y vuelve al cabo de un tiempo sangrando por todo el cuerpo, con quemaduras provocadas por la electricidad.Tengo la extraña sensación de que hoy todo se va a acabar, no se nada de lo que me acusan y para bien o para mal hoy todo se acabará.Me llama el guardia y un sudor frío recorre mi espalda, lo sigo, me llevan a una habitación oscura, llena de focos de una gran intensidad y distintos colores.Llega un guardia alto, y muy flaco, no lo había visto antes, tiene una mirada fría, que contrasta con el calor que hace en esta habitación. Enciende los focos que empiezan a parpadear, me vuelven a hacer las mismas preguntas que las otras cien veces que me interrogaron, a cada respuesta negativa el nuevo guardia me rompe un dedo del pie izquierdo primero y del derecho después. Ahora ya me ha roto las rodillas y se que la próxima pregunta será la última. Insisto en que yo no se nada y una gota de sudor sale de mi frente y rapidamente recorre mi mejilla hasta el cuello. Después nada, lo último que he sentido.

Aqui empezó todo

"Salí del trabajo y rutinariamente encendí un cigarro. Eché a caminar sin pensar mi destino aunque sabía a donde iba, lo que ocupaba mi cabeza era la noche anterior. Esa mujer, extraña como todas... sus palabras decían una cosa, pero su sonrojez, su mirada, su respiración... decían otra.Llegué al bar, el mismo de siempre y las caras de siempre. Lo genial de sitios como este es que siempre hay alguien dispuesto a contarte su vida, alguien con quien charlar y no pensar mas en ella. Tras beber un trago largo de cerveza bien fria, llegó Borja. -Hei, que pasa?-Por aqui otro día mas. Marcos, ponle otra aqui al Tigre. ¿Que hiciste hoy?-Estuve enseñandole la finca de San Juan a unos alemanes, pero... no se, no hay un pavo. Esto ya no es lo que era. La gente no tiene dinero para comprar y construir.-Ya sabes que de donde no hay no se...GOOOOOOOOOL! Nos quedamos todos quietos, en silencio. Todas las conversaciones se pararon. Nato, el loco del barrio, había entrado en el bar momentos antes cuando su equipo el Atletico Monfortal marcó el gol del empate, Nato sacó una pistola y pegó un tiro en el techo.-Naaaato tio, tranqui, que la gente se acojona... -dije. Nato me tiene mucho cariño. Soy el único que escucha sus historias y paranoyas. Son muy divertidas pero la gente no se para a escucharle.-¿Que pasa? ¿no es este un pais libre, joder?-Nato, ven pa'quí y cuentame lo del gobierno...Por fin llego a casa. Enciendo la tele, y mientras caliento las lentejas suena el telefono. ¿Será ella? No, seguro que se equivocan otra vez. Que jodido es eso de que tu numero y el de unas alegres señoritas sea casi el mismo.-¿Si?-Si soy yo. ¿Que me dices?¿Cuando?-Esta bien. Alla voy"